En la entrada anterior os había hablado de cómo había conocido el Celsius 232 y la influencia que había tenido en mi como escritor. Pues este año ya sabiendo lo fantástico que era este festival fui tanto como me lo permitieron otros compromisos.
Este miércoles, 11 de julio, me fue imposible acudir por la mañana, pero antes de las cinco de la tarde ya estaba ahí, para disfrutar de este festival tanto como me fuera posible.